Esta es la historia de un matrimonio que vivía en una gran ciudad.
No llevaban demasiado tiempo casados cuando la mujer comenzó a observar cosas raras en su marido, ya que en cuanto salía de la oficina no había día que no se fuese por ahí. Además, solía llegar muy tarde a casa, por lo que, no se le ocurrió otra cosa, nada más que pensar que la estaba engañando con otra mujer.
Ante la duda, pensó en contratar a un detective privado, para que lo siguiera y le diera más información.
El detective privado que ella eligió estaba soltero y cada vez que esta iba a hablar con él, él se quedaba más prendado por ella.
Así, un día, el detective pensó en decirle que su marido la estaba engañando, aunque no fuese cierto, y de esta forma intentar aprovecharse de la situación para poder conquistarla.
De pronto, una de las veces que la mujer se reunió con él, este le sugirió que su marido andaba con otra mujer, por lo tanto, le confirmaba que le estaba siendo infiel.
Ella se quedó desolada y aunque esta dudaba mucho de su marido, una vez en casa, no pudo hacer otra cosa nada más que preguntarle a él y comprobar si era cierto que la estaba engañando.
Este se quedó muy sorprendido ante lo que le estaba preguntando su mujer. Y le dijo:
- “Si te tengo a ti que eres guapísima, además eres muy amable y buena conmigo y tenemos dos hijos en común...
¿Cómo pretendes que tire mi vida por la borda por una tontería así?”
De esta forma, al día siguiente se presentaron la mujer y el marido a ver al detective.
Cuando el detective los vip le cambió la cara de color y por supuesto, enseguida se avergonzó y les pidió perdón por su atrevimiento.
REFEXIÓN:
En esta historia podemos comprobar que la mentira tiene las patas muy cortas y no se puede ni debe mentir.
Por otro lado, también es importante confiar en nuestra pareja, conversar más y transmitirle nuestros problemas e inquietudes.
FIN