Esta historia comienza en una pequeña y acogedora población caracterizada por su envejecida
y escasa civilización, pero con un enorme castillo medieval que siempre captaba la atención de
cualquier visitante.
Un día, a un director de cine se le ocurrió la idea de rodar una película en ese lugar. Para ello,
se dirigió al Ayuntamiento a pedir todos los permisos necesarios y así poder comenzar la
grabación.
Los vecinos mostraron un enorme rechazo al conocer la noticia negándose rotundamente,
pues era lo único característico de este pueblo y además, debido a la cantidad de años desde
su construcción, no se encontraba en sus mejores condiciones. No obstante, el director
continuó con su insistencia para rodar la película. Él consideraba que iba a tener un gran existo
con la misma.
Por otro lado, la comunidad de vecinos decidió reunirse para poder buscar una solución al
problema existente y, llegaron a la conclusión de que, sería buena idea decir que el castillo
estaba encantado.
Una de las veces que el director se encontraba en el castillo preparando todo lo necesario para
comenzar a grabar, los vecinos fueron a comunicarle la trágica noticia de que el castillo estaba
encantado. Sin embargo, él pensó que le tomaban por ingenuo y tenía claro que ellos no
querían que hicieran la película, pero él había decidido comenzar con la grabación pese a los
impedimentos.
Los vecinos, viendo la insistencia del director, volvieron a reunirse para poder encontrar una
solución, concluyendo la reunión con la idea de realizar una grabación con ruidos extraños,
voces terroríficas que esconderían muy bien, para ponerla en marcha cuando los actores
comenzaran a grabar la película.
Así que lo hicieron y cuando el director escuchó todos aquellos ruidos y voces terroríficas, no
se lo pensó dos veces para salir corriendo del lugar.
Los vecinos lo vieron tan asustado que estaban convencidos de que nunca más volvería a
intentar grabar alguna otra película allí ni acercarse al pueblo. Y efectivamente así fue, jamás
volvieron a tener la presencia de ese director allí.
Pronto corrió la voz de lo que había ocurrido en el castillo y, la curiosidad de visitarlo para
comprobar si la historia era cierta, conmovió a la población. Tanta gente comenzó a visitarlo
que en pocas semanas, pudieron restaurarlo con el dinero que habían recogido. Además,
pasaron las semanas y los meses y, este pequeño y casi desconocido pueblo, se convirtió en
una zona rural de turismo y de un gran poder económico.
REFLEXIÓN:
“A veces debemos ser ingeniosos y confiar en nuestras propias habilidades, aprovecharlas,
antes de que lleguen otros/as a hacerlo.”
FIN