En una gran ciudad vivía una familia con un hijo de 6 años.
Al niño no le gustaba nada ir al colegio, porque le resultaba muy difícil aprender a leer, puesto que él prefería salir a jugar a un callejón que estaba pegado a su casa.
En este callejón conoció a un mendigo y un día le preguntó cómo se llamaba, el niño le dijo que era Daniel, pero que podía llamarle Dani y, así, con el paso de los días empezaron a crear una gran amistad.
Cierto día, este mendigo escuchó unas voces que venían de la casa de Dani y, al poco tiempo, salió el niño llorando hacia el callejón.
Su amigo le preguntó que por qué le regañaban y Dani le contó que no se le daba bien aprender a leer y le resultaba muy complicado.
Tras oír esto, el mendigo le dijo que aprendiese a leer, que pusiera todo su esfuerzo y que observara el por qué él se encontraba así, viviendo en la calle.
Comenzó a contarle que hacía ya tiempo que él tuvo montado un negocio con un amigo.
Al principio no les iba muy bien, pero después empezó a funcionar hasta tal punto que toda mano de obra se les quedaba corta.
Sin embargo, el mendigo nunca quiso aprender a leer y su supuesto amigo se aprovechó de esto haciéndole firmar un documento en el que ponía que le pasaba todas las acciones de su empresa. De esta manera, aprovechó su firma para dejarle sin nada y, ahora, se encontraba en la calle.
El mendigo quiso contarle su historia a Dani para que no cometiese el mismo error y el niño se quedó sorprendido y desde ese mismo momento pensó en ser el primero en clase y en seguir el consejo que su amigo le había dado.
Dani comenzó a ir a la escuela con otra actitud y con ganas de aprender.
Finalmente, lo consiguió, su profesora y él con mucho esfuerzo lograron que al final de curso el niño supiese leer
Dani no dudó ni un momento en ir corriendo hasta el callejón para darle las gracias a su amigo por el gran consejo y recomendación que le había dado.
Se dieron un fuerte abrazo y el mendigo se sintió muy orgulloso y feliz de haber podido ayudar a este niño con su historia.
REFLEXIÓN:
En los tiempos que corren es muy importante tener una buena actitud hacia el aprendizaje.
Es fundamental aprender a leer y formarnos para poder desempeñar bien nuestro trabajo y tener un futuro mejor.
FIN