Era una casa en la que vivía una pareja y un día el marido observó en una de las habitaciones un hueco que no le gustaba. Le comentó a la mujer que deberían de buscar algo para poner en ese lugar, ya que así quedaba muy feo.
Se pusieron a pensar qué colocar en aquel rincón y a la mujer se le ocurrió la idea de volver a la casa de su padre, ya fallecido, para ver si encontraban algo que les viniese bien.
Una vez en la casa, y al poco tiempo de estar buscando, el marido encontró una figura con una forma un tanto diabólica y la mujer inmediatamente le dijo:
- ¡Ni se te ocurra coger esa figura, mi padre nos tenía dicho que atrae los malos espíritus!
Está aquí por ser herencia de sus padres, pero la figura no puede moverse de lugar porque entonces las cosas malas empezarán a ocurrir.
A pesar de lo que dijo la chica, su marido no le hizo caso y se llevó la figura a casa, la colocó en aquel hueco y por fin se quedó tapado.
El matrimonio se fue a dormir, aunque la mujer tenía bastante miedo de lo que podría ocurrir a partir de ahora, sin embargo, su marido la tranquilizó y le dijo:
- Estate tranquila, verás como no pasa nada, todo va a estar bien.
La mujer intentó no pensar mucho en el tema pero, una noche que el matrimonio se encontraba en la cama comenzaron a escuchar ruidos en el pasillo.
De repente, al asomarse vieron muchos espíritus y notaron la presencia de fantasmas.
La mujer comenzó a chillar y corriendo ambos se metieron en el dormitorio aterrorizados.
Cuando dejaron de escuchar los ruidos el chico prometió que en cuanto amaneciese devolvería la figura al lugar donde la cogió.
Finalmente, tras este gran susto la pareja decidió ir a una tienda de muebles a comprar una rinconera que quedase maravillosamente en aquel hueco que tantos problemas les había traído.
REFLEXIÓN:
Cuando vivimos situaciones de miedo es muy importante el apoyo de alguna persona cercana, confiable y que nos ayude en todo para poder superar esa situación con la mayor calma posible y tratar de buscar juntos una solución.
FIN