Un día que un joven paseaba por el bosque observó la presencia de una urraca que llevaba en su pico un medallón.
Al ver esto el chico decidió esconderse para poder ver donde tenía el nido. Tras seguirla sin apenas hacer ruido pudo descubrir su escondite y cuando la urraca se marchó, el joven metió la mano y sacó el medallón.
Para su sorpresa al tener esta joya en sus manos comprobó que por un lado se encontraba una cara muy alegre y por el otro una cara muy mala, sin embargo, no le dio importancia y se puso el medallón con la cara mala hacia fuera.
De repente, comenzaron a ocurrir muchas cosas desagradables y, el joven decidió darle la vuelta al medallón y ponerlo con la cara buena hacia fuera.
¿Cuál sería la sorpresa para este joven?
Las cosas buenas empezaron a ocurrir y todo empezó a funcionar mejor.
El joven pensó llevarse el medallón a casa, aunque no sabía si esto le traería muchas desgracias y debería devolverlo a su lugar, aunque quizás podría cogerlo otra persona y ocurrir cosas más graves. De esta manera, tomo la determinación de llevárselo.
Cuando sus padres le vieron este medallón tan bonito y tan llamativo le preguntaron que de dónde lo había sacado y el joven les contó la historia. Además, les dijo que no pensaran que el medallón traería solo cosas buenas, sino que si le daba la vuelta podían empezar a ocurrir cosas muy malas. Sus padres se echaron a reír y, para demostrarlo, el joven giró el medallón. ¡ZAS!, las cosas comenzaron a ir muy pero que muy mal y sus padres le dijeron:
- ¡HAZ EL FAVOR DE LLEVARLO SIEMPRE POR LA CARA ALEGRE PARA FUERA!
A los días siguientes, el chico vio una urraca igual que a la que le había robado el medallón. Pudo ver como volaba sobre su cabeza y se dio cuenta de que la urraca quería que le devolviese lo que le había arrebatado. El joven pensó devolvérselo a su nido y dejarlo en el mismo sitio. Sin embargo, después de varios días pensando decidió ponerlo en un lugar más seguro.
El joven fabricó un cajón de madera y metió ahí el medallón y lo enterró.
Pensó que en ese lugar estaría más seguro y protegido, sintiéndose bien por pensar que había hecho lo adecuado.
REFLEXIÓN:
Quizás no hay que tratar de huir de los problemas y forzar que ocurran solamente cosas buenas.
Debemos enfrentarnos a la realidad, sin aferrarnos a algún objeto valioso, dejando que la vida decida lo que nos debe pasar y afrontar las adversidades poniendo en práctica diferentes estrategias que nos ayuden a superarlas.
FIN