En una población que se encontraba muy cerca de una gran ciudad, vivía una familia en la que el marido se dedicaba a la fontanería.
Con el paso del tiempo su trabajo comenzó a bajar hasta tal punto que este fontanero se las veía y se las deseaba para poder llegar a fin de mes. Así que, se puso a pensar qué hacer y de qué manera intentar aumentar su trabajo.
Tras haberlo pensado mucho y haberle dado muchas vueltas, llegó a la conclusión de poner en su furgón un eslogan:
“EL FONTANERO ALEGRÍA QUE SIEMPRE ARREGLA MUY BIEN SUS CAÑERÍAS”
Sin embargo, cuando le explico a su mujer la idea que se le había ocurrido, ella le dijo:
- Pero, ¿tú qué piensas?, ¿hacer el tonto o qué?
Él seguía convencido de que sería una buena idea, así que llevó el furgón a un taller de chapa y pintura para que le pudiesen poner la inscripción que él había elegido.
Una vez puesta, pensó que quizás estaría bien vestirse de alguna manera que llamara la atención.
Así, decidió vestirse como súper Mario Bross: todo de rojo y con una gorra roja.
Cuando estaba todo listo se subió al furgón de camino a la gran ciudad, y se oía a su mujer a lo lejos:
- ¡Vas a hacer el tonto!, ¡será que no te lo he dicho!
Cuando llegó a la ciudad, la gente que estaba en la calle no paraba de mirar y leer lo que ponía en el furgón. Además, les llamaba mucho la atención cuando se bajaba y podían ver la vestimenta que llevaba.
Poco a poco, la gente empezó a interesarse por su trabajo y a contratarlo para algunas “chapucillas”. A medida que pasaba el tiempo y la gente podía comprobar lo bien que desarrollaba su trabajo, comenzaron a llamarlo para obras más importantes.
Su mujer se sentía avergonzada por todo lo que le había dicho y no tuvo más remedio que agachar la cabeza y pedirle disculpas. Además, lo felicitó por su astucia, ya que a pesar de estar expuesto a hacer el tonto, como ella le dijo, cada vez aumentaba más su trabajo. Tanto trabajo tenía que tuvo que ampliar la plantilla y contratar más personal y, por supuesto, comprar otra furgoneta con el mismo eslogan para atender tanta demanda.
REFLEXIÓN:
Ante la falta de trabajo todo esfuerzo y los buenos pensamientos ayudan a que las cosas vayan mejor.
FIN